Sobre la mesa

Que “ser o no ser” sea “la cuestión” nos recuerda que la vida en todos sus momentos se compone de dudas y elecciones, una vez buenas y otras mediocres, pero siempre decisivas. Entre ser y no ser, yo opto por ser, no sólo eso… aspiro a ser mucho!

Pepe Rubianes dijo una vez que “trabajar dignifica, realiza, pule… y pule pero bien!” te desgasta hasta los menudillos y de ti no queda ni el tuétano… pero somos nosotros al fin y al cabo los que hemos decidido que así sea.

Sobre la mesa descansan unas fotos, resultado de una convocatoria, una modelo maravillosa y un equipo abierto a nuevas propuestas. Esa tira de imágenes es el resultado de un trabajo que ahora llega a su fase más dura: la criba. Menuda palabreja. A mí criba me suena a “madre del cribo” o a alguna parte esencial de un submarino “cuidado con la criba, mi capitán!!”. Hacer criba nos obliga a descartar unas cosas para que otras tengan su oportunidad y esto pasa con las fotos, con los trabajos, las parejas y la vida misma. “No quiero chuletón gallego porque soy vegetariana”. Pues es una opción.

Sobre la mesa tenemos muchos sentimientos y poca decisión para quedarnos con uno, dos o unos cuantos. Elegimos ir hacia delante porque lo de atrás ya lo conocemos. “El no ya lo tengo, vengo a por el sí”. Siempre estamos entre una cosa u otra… y es un horror, un agobio, un stress. Nadie sabe qué es lo mejor para nosotros excepto nosotros mismos, y a veces ni eso. No habrá nadie que viva por nosotros así que “espabila Fabila, que viene el oso”.

Ser pequeño es desagradecido, uno no se acuerda de nada después más que en las fotos. De adolescente le regalarías tus vivencias y tu revolución hormonal a cualquiera. Y darse uno cuenta de que empieza a ser mayorcito y que nadie nos dirá que la primera tira de fotos es mejor que la segunda, es aún peor…

¿Por qué no podemos quedarnos con todo? Con todas las parejas, todas las opciones sexuales, todos los trabajos, todos los países?... Porque no, porque SIEMPRE hay que elegir.

Yo elijo colgar hoy este post.