El verano es la mejor época para reponer clásicos del cine de terror como "Tiburón" y toda la saga de infames películas que le siguen... Son las que yo llamo "jode-infancias" o "generadoras de traumas innecesarios". Si alguna remota vez tengo hijos, les prohibiré ver esas cafradas.
Gracias Steven, porque recordando a tu bicharraco dentudo, he podido bañarme en alta mar sin pensar un sólo instante que en las tranquilas aguas del Mediterráneo me saldría un tiburón de 40 metros de largo por 35 de ancho, para merendarse mis huesos.
Lo peor de todo es que una acaba pensando que lo terrible de estas aguas no es la cantidad de botellas de plástico y basuras, la guarrería de tragar agua con aceite de barco o el quemazón de una picadura de medusa... sino que un tiburón blanco venga a comerte a ti, como si no tuviera otra cosa que hacer.
Por lo demás, el fin de semana en barco ha sido estupendo!
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