Caracoles en Can Joven

Dentro de mi familia se ha convertido en tradición eso de ir a votar (y formar parte de ese triste 34%) y luego pegarse un meneo culinario en casa papis. Llámale pragmatismo (el colegio electoral cae al lado) o llámale "pegar la gorra" así, gratuitamente...

El caso es que en casa de los Joven siempre hay de todo y pocas veces hace falta avisar de que uno va a comer... Bueno, menos cuando se apuntan ciento y la madre al convite.

De esta guisa se enfrentaba don Santiago Joven, gran erudito ya conocido por vosotros, ante un suculento plato de pollo con una patata al caliu testimonial... Y digo testimonial porque el Sr. Joven no le dio tregua y se la zampó sin darle tiempo al tubérculo ni de ejercer de guarnición.


Otra cosa fueron los caracoles en salsa... en MUCHA salsa. A juzgar por los cuernecitos fuera y el bicho asomando de su cáscara, a los pobres animalicos les habían dado un susto de muerte en la olla. Por cierto, que el tema "asustar" a los caracoles tiene como para escribir un libro.
Aquí ellos y la garra de mi madre, doña Asunción, pescando alguno:


Y como familia no hay más que una y a ti te encontré en la calle durmiendo en un cajero, pues lo suyo es enseñaros a mi progenio haciendo gala de su habitual destreza ante las cámaras... Nunca llegué a averiguar qué leches señalan con el dedo, pero creo que ni ellos lo saben.
Aquí ellos, pero no los caracoles sino mis papás:

Ojo a la maña que tiene mi madre cascándose caracoles...
Bueno... hoy esto va de álbum de fotos familiar, así que no puedo evitar colgar la foto de una mesa cargada de víveres y botellas! Ahora me doy cuenta de que esto parece un anuncio de cava y agua, cosño! En fin, es lo que tiene dejar la cámara con el temporizador encima de un balde para la ropa.
Ea!

... y recordad... la Gallina os vigila!