jueves, 9 de septiembre de 2010

Un artículo de esos que me publican...

Amigos, tras una larga ausencia, os adjunto un artículo que escribí para la revista online EQUIS del cual estoy bastante orgullosa.
Me propusieron hacer una guía sobre cómo formar nuestro propio partido político... y esto es lo que me salió.

PARTIDO POLÍTICO: ¡HÁGALO USTED MISMO!


Recuerdo la última vez que fui a votar… Lo hice pensando “Votaré al menos malo porque ninguno me acaba de hacer… ¡Uy mira, los Verdes!”… ¡y cambié de opinión en el acto!… Me pillaron en un renuncio, claramente.

La política en realidad es así. Ni una carrera de fondo, ni una lucha constante, ni una maratón de propuestas. Votar a unos u otros consiste básicamente en tenerlo muy meditado en principio y cambiar de opinión a último momento porque ves una papeleta que no recordabas… y de eso se benefician siempre a los Verdes, todo un clásico del márketing y ejemplo en facultades.

¡Desde “la EQUIS” queremos daros una alternativa a la dudas existenciales y el estrés que provocan las elecciones!
¡Hemos decidido ayudaros a crear vuestro propio partido político!

No me quitéis la ilusión cuando os digo que conseguiréis por lo menos el voto de familia y amigos, porque crear un partido político no es TAN difícil.
Sólo hay que irse a la web del Ministerio de Interior e investigar un poco.

Gracias a esta estupenda y MODESTA guía que os damos, veréis como formar vuestra propia agrupación es menos chungo que ponerle cimientos a la Catedral de Burgos o restaurar el Guernika con un Kleenex.


1. Ideario y nombre de nuestro partido: el Brainstorming o Tormenta de verano

Lo primero que hay que hacer es averiguar qué es lo que queremos cambiar del mundo, qué no nos gusta, cuáles son nuestras propuestas y sobretodo… ¿Cómo leches nos vamos a llamar?
¡Ojo que más de uno ya se huele la tostada antes de tiempo! Esto no es como ponerle nombre a un grupo de polca o a la coral de la parroquia. ¡No! Nuestra formación política debe resumir los pilares más profundos de nuestro ideario (a grosso modo, tampoco hay que dejarse el hígado en ello).
Hay que redactar por consiguiente, los estatutos de nuestro partido y ponernos manos a la obra con el nombre.

Aquí unos claros e ilustrativos ejemplos:

OPCIÓN A: Somos unos radicales de la vida. Creemos que el fin del mundo está cerca y que la peli “300” se parece más a una boda mariquita que a una lucha llena de testosterona y sudor con olor a cebolla.
Claramente tenemos un trasfondo beligerante, activo y algo pasado para los tiempos del desodorante, pero con cierto gusto por “Martes y Trece”… Quizá el nombre apropiado para esta formación sería:

J.A.T.É.! (Jauría de Antipacifistas con Trasfondo Épico!)

Es un buen grito de guerra y una clarísima llamada de atención: JATÉEEEEE!!!!!! Maravilloso.

OPCIÓN B: Seguimos con la agresividad en el cuerpo. Somos gente que respeta a la familia, que cree que su abuela es la máxima autoridad moral por encima de Benedicto XVI. Nos unimos para pedir que regalen rifles en los supermercados como pasa en Estados Unidos y deseamos con todas nuestras fuerzas poder cumplir la voluntad que nos dicta la estupidez. Está claro que debemos llamarnos:


C.A.T.E.T.O. (Comunidad Armada de Tatarabuelas En Tol Ojete)

No habría pancarta en este mundo más bella e ilustrativa que la nuestra… Un diez.

OPCIÓN C: Lo nuestro no es la guerra sino la paz. Somos gente de bien que ama a los perros sarnosos. Nos encanta tocar la flauta dejando todo nuestro ADN en la boquilla y adoramos al inventor del vino de octava prensada. Quizá somos un poco perroflautas, pero como tales, también merecemos un partido político, ¡hombre! La paz mundial puede lograrse con una buena ducha… por eso es tan difícil, qué pena…
En este caso, aquí está nuestro nombre ideal:

C.H.U.S.M.A. (Centro Humano de Uñas Sucias Mayormente Antisistema)

Las asambleas de la CHUSMA en favor de casas okupadas (de renta antigua a poder ser). No lo podría haber resumido mejor.


2. ¿Cuántos somos?

… Le preguntó Adán a Eva pensando que se iba a poner las botas.
Una vez establecidas las ideas, redactados los estatutos y puesto el nombre de nuestro partido, es momento de saber cuántos miembros lo componen.
La ley establece que para inscribir un partido político deben existir por lo menos tres promotores, todos ellos mayores de edad y en pleno uso de su capacidad y derechos.
Para eso hay que irse a un notario, que nos cascará una cantidad irrisoria para protocolizar el Acta de Institución del Partido (poco dinero si tenemos en cuenta que podemos dominar el mundo).


3. Más papeleo…

Una vez hecho el papeleo en el Notario y con su sello en todas las hojas, habrá que adjuntar el Acta y los Estatutos a una Solicitud de Registro dirigida al Ministerio del Interior y la Dirección General de Política Interior.

En 20 días o así os contestarán con una bella carta:


Estimado C.A.T.E.T.O.,

Su solicitud ha sido tramitada, J.A.T.É!

Ya forman ustedes parte de la C.H.U.S.M.A.



¡Misión cumplida! ¡ya tenéis vuestro propio partido político! ¡A partir de ese momento ya podéis sustraer dinero de vuestras arcas, hacer abusos de poder y pasar facturas del podólogo como gastos de representación!

... Y si no, siempre os quedarán los Verdes...


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ana for president!!!!!!!!!!!! Muy buen tu articulo.
Tengo ganas de verte!!!!!
Besitos,
Meri