martes, 17 de mayo de 2011

A mi edad...

"31 años no es edad!", dijo mi padre mientras me felicitaba un 26 de febrero... Como comprenderéis, mi cara de circunstancia traspasó media ciudad a través del hilo telefónico y dejó asustada a media plantilla Movistar. ¡¿Cómo que no es edad!? Y los años que he pasado yo para llegar a esto, qué??
Quizá lo peor de la crisis de los 30 no es cambiar el 2 por el 3, o estar todavía añorando un buen sueldo... Nor. Lo peor de todo es verse joven y tersa y que los demás te vean... de otra manera.
Dentro de esa retahíla de cosas ridículas que me ocurren a menudo, el otro día, en una bella jornada de submarinismo, vi pasar por delante del centro de buceo a dos señoras mayores acompañadas de un señor (altamente parecido a Toni Genil).
Embutida en mi neopreno y con un calor espantoso, vi como se me quedaban mirando mientras preparaban EL COMENTARIO.

Señora 1: Mira tú, hay que vé los sunmarinista! Cuánta cosa llevan!
Señora 2: Uy sí! (mirándome) Y mira er chavalillo ese, con lo pequeño que es y ya busea!
Ana: (vena latente) Sí señora... sobretodo porque tengo 31 años y soy UNA MUJER.




Y lo demás fueron risas generalizadas entre los míos, las "señoras que te confunden con un crío" y Toni Genil.

En realidad aún no sé cómo tomarme esta anécdota... Que me confundan con un hombre con una 95 de pecho ya es grave... pero que encima me echen 12 años ya es para cagarse.
Quizá debería explorar nuevas facetas en mi vida y hacer anuncios de Neskuik, a saber.
Lo que está claro, es que estas cosas siempre le pasan aquí a Ana Joven, cuyo apellido siempre le dará una gran personalidad y mayor número de historietas.

Y olé.

3 comentarios:

Núria G dijo...

Tu tranqui, Ana, hija...
Mucho peor es lo que me pasa. Por teléfono, siempre, siempre, siempre, me confunden con un hombre. La cosa suele ser así:
- Dígame?
- Llamaba para pedir hora (un poner)
- Disculpe señor, pero ésta es una peluqueria de señoras...
- Es que soy una señora
- Quiere pedir hora para su señora?
- No. Que digo que YO soy una señora.
- Perdone pero no le entiendo. Señor, puede repetir el nombre de la señora que vendrá.
- El de su madre....
- Maleducado.
- Sorda.
- Gorda lo será su madre
- Lo que decía: sorda como una tapia.

En fin. Es lo que hay. Por lo menos ya se que si me quedo sin curro siempre puedo ofrecer mis servicios a un teléfono erótico. Sirvo para lo uno y para lo otro.
El que no se conforma es que no quiere!!!!

Ana Joven dijo...

Jajaja nuria que fuerrrte. Veo que no soy la única damnificada por "las cosas de la edaz". Petonarros!

Anónimo dijo...

jajaja, aun me espatarro con la cara de mi santa hermana y las"señoras que..." fue lo mejor de la jornada, sin duda!
muaaaaaa Anito!